Primeramente, alabo y engrandezco el santo nombre nuestro Dios por permitirme testificar de su grande e infinita misericordia para mi vida. Comenzare contando como el Señor obro en mi vida por misericordia, en septiembre del año 2019 en una media vigilia de día sábado, Dios toco mi vida a través de su santa palabra, mostrándome la condición en la que me encontraba y de la misma manera mostrándome como su gracia estaba obrando en favor de mi vida, y todo esto a través de Efesios 2:1-10, ¡Bendita palabra de Dios! que da testimonio del gran amor de Dios a través de su hijo Jesús para con el hombre perdido y que está totalmente muerto en pecado. De esta forma se encontraba mi vida, muerta e incapaz de poder y querer acercarse a Dios, pero que hermoso y que grande es mirar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y como la palabra de Dios nos muestra la salvación tan preciosa y bendita, dada por gracia de Dios a los hombres. También deseo contar una pequeña experiencia que viví el año pasado en la universidad en periodo de últimos certámenes de asignaturas, que para el que estaba con problemas eran la última oportunidad de aprobar y yo era uno de esos. Recuerdo que cuando se acercó esa fecha comencé a estudiar, a resolver guías, etc. A final de cuentas me prepare muy bien para rendir ese certamen, llegado el día del certámenes estaba en mi hogar arreglándome para emprender camino a la universidad y de un momento a otro me comienzo a apurar por la hora y salgo de mi hogar entusiasmado para ir a la universidad, pero cuando estaba a punto de cerrar la puerta de mi hogar, el Señor pone en mí el pensamiento de “no ore antes de salir” y me quede pegado ahí en la puerta por un minuto y pensé “pero si estudie, así que me va a ir bien en el certamen” y cerré la puerta de mi hogar, pero vino otro pensamiento “necesito orar”, saqué rápidamente las llaves de mi hogar de la mochila para abrir la puerta  y me hinqué junto al sillón y lo único que hice fue llorar y pedirle perdón al Señor por mi dudar y por creer que podía ser autosuficiente y me encomendé al Señor entregándole todo a él y dándole toda la gloria que él se merece. En resumen me fui a la universidad, realice el certamen, mi profesor lo revisó en el momento y para la Gloria de Dios, tuve una muy excelente nota. Rápidamente salí de la sala, llame a mis padres y les conté la excelente noticia, pero al salir del establecimiento mire hacia el cielo, y la verdad es que era un día muy hermoso y el Señor me hace reflexionar “aunque quizás yo no hubiera vuelto a orar y encomendarme al Señor quizás me hubiera ido bien de igual manera, porque tenía el conocimiento, pero hubiera cometido un error terrible y es el no darle la gloria completa a Dios, porque no hay nada absolutamente nada que el hombre pueda realizar sin la provisión de Dios”. Joven y Señorita no te olvides nunca que Dios te ha honrado con estudios superiores, él lo ha permitido y te capacitará para esta etapa de tu vida. Finalmente debo dar gracias a Dios porque me permite participar en el grupo GELC de la Universidad del Bío Bío. Que ha sido un refugio tan hermoso para el joven que llega a un ambiente tan amplio y difícil como lo es la universidad. A través de este grupo el Señor me ha permitido crecer en conocimiento y así también en la gracia bendita de Dios a través de la comunión y por sobre todo porque abunda la palabra de Dios. Concluyo dando gracias a Dios porque aún en estos tiempos, él sigue proveyendo amor y misericordia para sus hijos y la dirección bendita se su Santo Espíritu para que sus hijos podamos seguir batallando hasta llegar a la Vida Eterna.

¡A Dios sea dada toda honra y toda gloria!

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