Hno. Isaac Constanzo Muñoz

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.” (1a Pedro 1:3).

Doy gracias a Dios, por esta oportunidad que me concede para poder relatar, en parte, lo que hasta este día me ha permitido vivir en el evangelio y en este hermoso ministerio GELC. Por misericordia de Dios, nací en el seno de una familia cristiana. De esta forma, el Señor me permitió ir creciendo en la Iglesia, pero sin una obra de Cristo en mi vida por lo que en la edad de mi adolescencia me aparté de los caminos de Dios y estuve participando de las cosas de este mundo. Pero Dios, que es rico en misericordia y que en su paciencia pasó por alto los pecados pasados, a la edad de 20 años, extendió su mano que no se ha acortado para salvar hasta el día de hoy y me alcanzó un día martes 3 de febrero del año 2015 en el marco de las Conferencias Internacionales de Pastores desarrolladas en la amada I.E.P de Chiguayante, donde fui invitado a trabajar como bandejero y participar como integrante del Coro Juvenil. Fue el poder de la Palabra de Dios que transformó mi vida en aquella noche, diciéndome: “…date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa… Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (San Lucas 19:1-10) y Dios comenzó la buena obra de Salvación en mí. ¡Gloria a Su Santísimo Nombre! Hasta aquel entonces, cursaba una carrera universitaria diferente a la que curso hoy, pero mi Dios permitió que dejara aquella carrera y comenzara una nueva alejado de las influencias mundanales. El año 2017, segundo año de universidad, nace en mí el deseo de saber de GELC, deseo que antes no había tenido, por lo que, en oración ruego a Dios que si es Su voluntad que asista, permitiera que pudiera recibir una invitación. Pasaron los días y esa invitación llegó al término de una clase en una asignatura, a través de un hermano joven que se congregaba en este Grupo. Antes de asistir, fui a conversar con mi Pastor local y con su autorización comencé a participar de los servicios semanales de GELC. Lo que allí me cautivó, fue el orden, la seriedad y la estructura bien organizada con que se hacían las cosas, así como el amor y comunión manifestados entre todos los asistentes. En un inicio, asistí de manera intermitente por la alta carga académica, pero a medida que fue pasando el tiempo, la necesidad de estar en los Servicios se iba acrecentando y a pesar de seguir teniendo una alta carga académica, mi Dios me fue llevando a esforzarme cada vez más, solo por su gracia, redimiendo de la mejor manera el tiempo para poder participar de estos hermosos cultos de adoración a Su Santo Nombre, que aún en el contexto actual de pandemia, el Señor nos permite realizar a distancia pero en un mismo Espíritu, siendo estos Servicios de mucha bendición, no solo para mí, sino también para los integrantes de mi grupo familiar. Al día de hoy, puedo decir que GELC para mí ha sido de gran crecimiento espiritual, de mucho aprendizaje y entender realmente que en todo lugar Dios se agrada del que le ama y teme Su Nombre. Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

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