Hna. Priscila Duran, GELC USS

Mis primeras palabras son de gratitud a nuestro Señor Jesucristo, porque a través de su gran sacrificio, hoy tengo nueva vida y me permite abrazar una esperanza que no avergüenza, por el contrario es una bendición, como muchas de las cuales he gozado, una de ellas fue pertenecer al grupo “GELC” durante mis años universitarios. Dios  me permitió ingresar en el año 2009 a estudiar, año en el cual se daba inicio a esta obra evangelista universitaria. Como señorita de nuestra iglesia, que amaba agradar a Dios, siempre intenté hacer su voluntad y buscar comunión con ÉL. Por lo cual desde el primer día en la universidad empecé a hablarle a mis compañeros de Dios de forma individual, sin saber que Dios tenía otro plan para mí. Fue así como a mediados de año, me encuentro en la entrada de mi universidad con el Pastor capellán Fernando Fuentes (sin saber quién era), él cual me saluda y me dice: “usted es hija de Dios”, a lo cual respondí con un sí. Me invitó a conversar a la biblioteca y me comenta sobre GELC, donde me indica que no han podido abrir obra en aquel lugar, por lo cual me encomienda que reúna jóvenes para intentar formar el grupo. Fue así, que logramos reunirnos quince jóvenes, con los que dimos inicio a la obra en esa casa de estudios, donde Dios me honra de quedar a cargo del grupo a la espera de un hermano guía, más adelante Dios me da esa honra a mí, cumpliéndose así una profecía que el Señor me había entregado un año antes, donde me dice que me llevaría a esa misma casa de estudios y que ahí trabajaría por su obra y el mostraría su gloria. Mi Dios me permitió desempeñar este cargo hasta cuando inicié el internado de mi carrera, durante esos años que me permitió estar ahí, tuvimos momentos gloriosos predicando el evangelio, gozándonos cuando jóvenes aceptaban a Jesús como su salvador y ahora son útiles en la obra de Dios. Espero que mi experiencia le sirva a algún joven a decidirse a trabajar en la obra de Dios, es fácil hacerlo en nuestras congregaciones, pero en tu lugar de estudio, donde nos rodeamos de jóvenes con otras inclinaciones ¿Están dispuestos a trabajar de igual forma como en sus iglesias? Dios les de la fuerza y valentía para hacerlo. Hoy ya ejerciendo mi carrera, donde sigo predicando a mi Cristo y con un hogar formado, estoy nuevamente en este grupo junto a mi esposo, sentimos que es una bendición en la cual trabajamos con buena voluntad intentando agradar a Dios por sobre todas las cosas, a él tributo toda honra, gloria y alabanza.

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