Hna. Helen Seguel, GELC UDEC

Buenas tardes a quien en este momento pueda estar leyendo este testimonio, esperando que pueda servir a alguien que no conozca a Dios. Desde pequeña tuve la bendición de crecer en un ambiente cristiano, tanto por mi mamá como también los colegios eran con base cristiana, alrededor de los 12-13 años Dios por medio de su Palabra habla a mi vida dándome la confirmación de que era su hija, sin embargo, con el pasar de los años sin darme cuenta mi vida espiritual cayó en un rutina por lo que al momento de ingresar a la Universidad fue un impacto fuerte, se me hizo difícil defender mi fe frente a la mayoría de mis compañeros que eran ateos o agnósticos, las dudas que ellos me planteaban comenzaron a posicionarse en mi mente y corazón, fue un periodo muy difícil, lamentablemente pude comprobar lo que es vivir sin Dios, cómo es que cuando no hay temor en el corazón del joven uno incluso pierde el poder comprender la Palabra de Dios, en todo ese proceso me mantenía participando de la iglesia pero en el único lugar que encontraba refugio espiritual era en GELC, recuerdo que a veces llegaba a la sala antes para poder orar unos minutos extra, porque sentía una tristeza tan grande, sabía que mi corazón estaba lejos de Dios y pensando que ya no habría perdón para mí, pero Dios su misericordia y amor es inmenso, un día orando a Dios en mi pieza pude sentir el perdón de Dios, otorgando la restauración en mi vida, desde ese día me dio entendimiento para comprender su Palabra, y ahora mi anhelo es poder estar más cerca de Él cada día, puedo decir que Dios lo llena todo, sólo el puede llenar la vida de la persona de gozo, paz, alivio aún cuando uno atraviesa situaciones difíciles. En GELC UDECC mi alma se ha visto fortalecida, he ido creciendo espiritualmente, recuerdo los años anteriores cuando nos reuníamos en el horario de almuerzo para ir a orar, a veces comiendo un snack solamente como almuerzo, pero posterior a la oración no importaba eso, porque me levantaba renovada, hemos podido nutrirnos de experiencias de otros jóvenes y también apoyarnos en los momentos difíciles, sin duda lo más lindo de mis años de universidad ha sido poder participar de este grupo, me siento muy bendecida por como Dios nos ha ido fortaleciendo como grupo y mi deseo es que otros jóvenes que se sienten lejos de Dios puedan conocerle y alcanzar este don tan grande que es la salvación del alma.

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