Le doy gracias a Dios por esta hermosa oportunidad que me da, de poder contar parte de mi testimonio, y de cómo nuestro Dios empezó a rodear mi vida a través del hermoso ministerio GELC. En la etapa de estudios de enseñanza media yo me encontraba muy alejada de Dios llevando una doble vida ya que iba a la iglesia solo para agradar a mi madre, y en el liceo donde estudiaba, me olvidaba que había sido criada en el evangelio y mi caminar era totalmente alejada de Dios, trataba de esconder que era evangélica porque me avergonzaba, esto se acentuó aún más al irme desde Monte Patria donde residía, para seguir estudios superiores en la ciudad de La Serena, ya que esto significaba más libertad. Fue así como un hermoso día recibí una invitación de parte del guía estudiantil de la universidad de la Serena, acepté la invitación y comencé a asistir a las reuniones, y la Palabra de Dios comenzó a llegar de a poco a mi corazón. Pasado algún tiempo, Dios permitió que se me declarara una malformación en el cerebro donde tuve que ser intervenida en una delicada operación con altos riesgos, por esta razón debí ausentarme de los estudios, pero mis hermanos del grupo GELC se unieron en oración, y a la hora que fui operada, ellos oraron por mí. Dios mostró su misericordia, y la operación resultó exitosa y al cabo de un tiempo pude retomar mis estudios hasta terminar. En ese proceso comprendí y valoré cosas que antes no, pues tenía mi mente sólo en metas profesionales, lo cual en ese momento no me servían, fue cuando más me refugié en Dios y sin darme cuenta, Él trató una depresión que arrastraba desde adolescente y a través de este grupo sentí su amor y compañía, la Palabra de Dios me hizo comprender lo que estaba mal en mi vida y empecé a asistir a la iglesia en la IEP de La Serena donde recibí el amor del pastor, esposa y hermandad, hasta que un día Dios perdonó, limpió y restauró mi vida por completo. Ahora sin merecerlo, me ha dado un hermoso hogar con un esposo y dos hermosos hijos para la gloria de Dios, volviendo a experimentar el amor y misericordia de Dios, ya que por la delicada operación que tuve, no podía por recomendación médica, tener un embarazo por los medicamentos que podían dañar el desarrollo normal de un bebé y yo sufrir consecuencias por dejar de consumirlos, una vez más acudí a Dios quien es todo poderoso y atendió a mis súplicas. Hoy persevero con mi familia hasta el día de hoy en la IEP de La Serena, y estoy muy agradecida de Dios, a Él sea todo Honor y Gloria Amén.
“Cercano está Jehová a los quebrantados de
corazón; Y salva a los contritos de espíritu.” Salmo 34:18
