Nuestro servicio como GELC Utalca del día lunes 12 de julio fue conducido por la hermana Jacqueline Gallardo, vía plataforma zoom, quien expuso el tema, “Manifestaciones del fruto del Espíritu”, específicamente “El Amor”. En primera instancia se citó el nuevo testamento en Gálatas cap.5: vers. 22-23 donde Dios nos dice que después de la conversión, la vida del creyente debe estar regida por el Espíritu Santo, de tal manera que el fruto del Espíritu es distinto de la vida pasada ocurriendo una transformación en su vida, dejando atrás los viejos hábitos y dando una especie de muerte hacia las cosas de este mundo, para poder alcanzar más de las cosas de Dios. Es de esta manera como se logra ser dirigido por el Espíritu Santo y como se manifiesta el fruto del Espíritu en nuestras vidas.
En segunda instancia se da lectura a la palabra de Dios en 1° de Corintios cap. 13: vers. 4 al 6, que nos habla que el amor verdadero no está basado en los sentimientos sino en la decisión de amar a alguien de forma incondicional y aunque humanamente hablando nos parece imposible que alguien nos ame como dice la palabra, para Dios somos lo más preciado y nos ama tanto que envío a su Hijo a este mundo para que a través de su muerte y resurrección fuésemos salvos y lo hizo por su inmenso amor, porque el amor de nuestro Señor es tan grande que llena todo el universo, llena los corazones vacíos y carentes de afecto, pero también tenemos que tener la disposición para seguir el camino de Dios, como dice su palabra en Lucas cap.10.vers.27 “Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Esta palabra nos dice que el amor no solo es propio, sino también hacia el prójimo, hacia nuestros hermanos, padres y todo aquel que nos rodea, pero lo más importante es el amor a Dios, porque cuando le tenemos a Él en el corazón, nuestra forma de expresar amor y el fruto del Espíritu se refleja en la manera de relacionarnos con nuestros hermanos, sentimos el corazón lleno de gozo y repartimos alegría por el mundo, somos solidarios y humildes poniendo en práctica todas las manifestaciones del fruto del Espíritu, como ley de vida.
Como tercera y última parte, se dio la oportunidad a los hermanos presentes para que pudieran alabar y engrandecer el nombre de Dios, instancia muy maravillosa, ya que, pudimos escuchar distintos testimonios que reflejan el gran amor de Dios. A través de estas vivencias nos fortalecemos de la fe en Cristo, nos llama a depositar nuestra confianza y clamar a Dios porque Él escuchará nuestras plegarias.
Por ello, agradecemos profundamente a Dios la gran bendición que nos dio en aquella reunión, ya que, Él por medio de su palabra nos pudo recordar una vez más la inmensidad de su amor y de cómo debemos guiarnos y reflejar al mundo este gran fruto del Espíritu. Esperamos en Él, se pueda cumplir fielmente su palabra en cada uno de los participantes presentes en este servicio. A Dios sea la honra, la gloria, y la suprema alabanza, amén.