Testimonio Hno. Jaime Cárcamo UBB

Doy muchas gracias a Dios, por esta honra de alabar y bendecir su nombre. Le
doy gracias porque un día a la edad de 12 años apareció a mi encuentro,
salvándome y perdonando mis muchos pecados. En esta oportunidad quisiera
compartir una experiencia que viví en la universidad.
El Señor me permitió ingresar a la universidad el año 2018, con una beca que
cubría todo el arancel anual, y la matricula. Por diferentes circunstancias efectué
un cambio de carrera y cuando ya era el mes de marzo del año 2019, y estaban
por comenzar las clases, me dispongo a inscribir ramos, ya que el primer día
había inscrito solo dos, para mi sorpresa, me encuentro con que no podía inscribir
porque tenía deudas, y al revisar, el sistema arroja que debía más de un millón de
pesos. Cuando fui a consultar al respecto, la asistente social, me explica que mis
tramites de cambio de carrera habían sido realizados fuera de plazo, y lo más
probable es que perdiera la beca. Al consultarle que se podía hacer, me responde
“se puede apelar”, pero desde ya te digo que es casi imposible que te renueven
la beca. Al salir de esa oficina, muy triste, en mi corazón dije “Todo queda en sus
manos Señor”, y me dirigí caminando hacia donde vivía, iba cantando himnos,
pero por dentro mi corazón sufría mucho. Fue así como tuve que asistir a clases y
dar certámenes sin siquiera estar inscrito en los ramos.
Fueron aproximadamente tres meses muy difíciles, en los que cada noche le
oraba al Señor por mi beca, esperando en su voluntad, a veces querían aparecer
las dudas, temores, pero el Señor me confortaba, tuve que aprender a esperar en
su voluntad y en su tiempo, aún con todo, le trabajaba al Señor con gozo en lo que
pudiese, en especial el grupo GELC que fue un espacio de fortaleza para mi vida.
Finalmente, tuve la bendición de trabajar como servidumbre en un evento del
MINCAR en la iglesia de Chillán, allí fui muy bendecido en todo ámbito, y me gocé
mucho, cuando ya había terminado, me despierto al día siguiente con alegría y
gozo por todo lo que había vivido, pero vino otra vez la pesadumbre y la
preocupación de lo que pasaría conmigo. Esta vez, decidido, reviso en los
resultados de las asignaciones, y al ingresar mis datos, ¡mi beca había sido
renovada!, ¡Gloria a Dios!, en aquel momento vino un gozo muy grande a mi vida,
y solo pude llorar de rodillas a las plantas del Señor dándole gracias. Se fue toda
la preocupación, y todo pesar.
Alabo a Dios porque ha sido muy fiel para conmigo, Él ha llenado mi vida de gozo
y soy feliz sirviéndole, nunca me ha dejado en todos estos años, a día de hoy veo
como año tras año mi beca es renovada, y es solo por su gran misericordia, sus
promesas son fieles, a pesar de mi incapacidad, Dios me ha ayudado en todas las
materias, todo lo que soy se lo debo solo a Él.
A mi Santo Dios, sea toda la honra, la gloria y la suprema alabanza, amén.

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