Primeramente, quisiera alabar y bendecir el nombre de Dios por esta bendición tan grande de compartir con ustedes mi testimonio. Si bien, no tuve el privilegio que otros han tenido de nacer en un hogar cristiano, por misericordia de Dios si me pude criar en un ambiente cristiano, mi madre me instruyó siempre en el temor a Dios y mis abuelos maternos se encargaron de enseñarme y cada vez que podían llevarme a algún servicio para aprender de este Cristo bendito. Pasó el tiempo, comencé a activar en el grupo de señoritas de mi iglesia en Parral y ¡Bendito fue el día!, en que estando en una misión pedestre a la edad de 14 años, en un humilde local de campo, Dios se revela a mi vida y a través de su palabra confirma que soy su hija, algo extraño sentí, sólo pude rendirme en oración y derramar lágrimas a Dios, en esa noche el Señor tuvo de mi misericordia, llenando mi vida de gozo y de un deseo inmenso de servirle y rendir mi vida a Él. Con el pasar de los años Dios me concede la oportunidad de ingresar a la universidad y se me hizo la invitación de participar con GELC UBB en Concepción, recuerdo que asistí a un servicio mientras estaban en una campaña de evangelización, un servicio muy hermoso, estar en una sala de clases no era impedimento para que la presencia de Dios estuviera en medio nuestro. El amor de los hermanos y esa preocupación que caracteriza al grupo, ciertamente llamó mi atención, por lo que comencé a participar, sin embargo, inicialmente no fui constante dado que mis horarios no coincidían. En más de alguna ocasión llegué a un servicio cansada y sin fuerzas, más Dios en su inmenso amor hablaba a mi vida y me renovaba, dando nuevos ánimos. Al día de hoy puedo decir que una de las experiencias más lindas vividas en mi paso por la universidad ha sido ser parte de este grupo, conocer juventud que tiene el mismo pensamiento y deseo de servir a Dios y ciertamente amigos en quiénes apoyarse. Y que maravilloso es que en estos tiempos en donde no podemos congregarnos de forma presencial, GELC se mantenga activo y siendo de mucha bendición, dado que en cada servicio Dios sigue hablando a nuestras vidas, entregando enseñanzas muy útiles para la juventud cristiana, que nos ayudan a crecer espiritualmente. Por eso, con una experiencia vivida puedo testificar que aun estando en la universidad, tal vez lejos del hogar, se puede servir a Dios y encontrar refugio en este grupo cristiano que sólo nos insta a ser útil a Dios en todo lugar. Para Dios sea toda honra, gloria y suprema alabanza.
No desperdicies tu vida – GELC UA Talca
El día miércoles 14 de junio en las dependencias de la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca, en la sala 104, se realizó la actividad